Y ahora ¿qué?… El terror del despido
Si has pasado alguna vez por esa situación conoces perfectamente lo que voy a contar. Hayas perdido un trabajo o varios la sensación sigue siendo la misma, la diferencia es en qué momento aparece ese sentimiento y lo rápido que vas a reaccionar al despido.
Si nunca has pasado por ello, haz un ejercicio de empatía conmigo. Imagina que llevas un tiempo en un puesto, conociendo cada día un poco más a tus compañeros, sin recibir una mala cara, ni discusiones con los jefes. Y un día sin que lo esperes te llaman de recursos humanos y te dicen que necesitan que firmes unos documentos. Cuando de repente lo que te enseñan es una carta de despido. Llegado este punto, lleves años o meses, siempre te sorprende, aunque te olieras algo, aunque notaras que podía pasar. Nuestra mente advierte muchas cosas que no llegan a la consciencia; por ello, nuestra actitud suele cambiar, aunque conscientemente no lleguemos a saber nada.
Ya me han despedido… ¿Qué hago?
Bueno, pues ya está. Hayas sido más bien pasivo o hayas montado un pollo del quince al recibir el despido, ya estás en la calle. El sueldo no va a fluir hasta tu cuenta como antes, pero los gastos sí. Hay que seguir pagando el alquiler, la hipoteca, la comida, la luz, el gas… Te toca volver a pasar por la oficina de empleo (al menos si te manejas con el ordenador puedes pedir la tarjeta del paro por internet). Vuelta a empezar. La sensación de rechazo, de no haber hecho lo suficiente, de no haber podido mantener tu trabajo. Toda esa culpa, incluso si no queremos verla sigue estando ahí. Un pensamiento que por muchas o pocas veces que hayas pasado por este proceso sigue siendo igual: “No has podido, no vales, no puedes, ahora nadie te va a contratar”.
Si además no tienes un colchón del que tirar para no estar apurado este mes que entra, peor. Y si te toca pedir ayuda a algún familiar o amigo, de nuevo esa sensación.
Es agotador, es desesperante. Pero no te puedes quedar ahí. Toca llorar un rato si puedes, sacar todos esos sentimientos que te oprimen el pecho y seguir. Poner un pie y luego el otro. Porque la vida es muy difícil y no es justa. Repito: La vida no es justa. Sólo creen que la vida es justa aquellos que no pasan y no han pasado dificultades. Lo único que podemos hacer es intentar hacerla lo más justa posible con nuestro esfuerzo o simplemente acomodarse con lo que hay y reconocer que es injusta.
Yo soy más partidario de los que siguen, aunque tengan que mover montañas porque la vida está ahí para vivirla no para sufrirla. Las personas hemos evolucionado para adaptarnos, pero necesitamos objetivos. Necesitamos ese motor que hace que nuestra vida tenga un sentido.
No puedo con ello. Esto me supera
Sí, el despido es horrible y la situación que vivimos al ser despedido es un sentimiento de inutilidad, pero igual que cualquier otro sentimiento hay que darle la importancia que tiene y no dar a esos pensamientos más poder del que deberían tener. Es horrible, pero hay personas en peores situaciones que nosotros y siguen hacia delante, nosotros tenemos que aprender a tirar para adelante. Porque no nos faltará comida, ni un techo, de una manera o de otra. Y eso, aunque nuestra cabeza nos diga que es indigna, no lo es. Esto es ser resiliente. Ante las dificultades se siente, se entiende lo que se siente, y se busca donde está el problema, las opciones que tenemos. El resto es aprender a caerse y levantarse.
Sé que el despido no es una sensación agradable, sé que siempre que ocurre vuelven esos pensamientos, pero por mucho que queramos mandar todo a tomar vientos hay que seguir. Asique tómate tu momento para mirar de frente a esa emoción que te oprime el pecho. Grita, golpea una almohada, haz ejercicio, sal a correr o simplemente deja salir esa lágrima que pesa tanto, para liberar esa sensación que sientes. Y después ponte de pie y empieza a planificar lo que tienes que hacer. Coge papel y boli. Haz una lista de lo que necesitas primero. Pedir cita en el portal del empleo. Sacar la tarjeta de desempleado. Si tienes opción a pedir el paro, pide cita que lo mismo tarda un poco (antes de poder pedir la prestación debes tener la tarjeta del paro). Actualiza el currículum, para ello mira los currículums de personas de tu sector hoy, seguro que en internet encuentras ejemplos. Elige un día de esta semana y arréglate bien para hacerte unas fotos para el currículum, etc…
Un trabajo, es sólo eso, un trabajo. Es una manera de seguir pagando los gastos, de seguir pagando la comida, de seguir dando lo necesario a tu familia. Pero si pierdes la ilusión te va a ser más difícil encontrar otro. Una mirada apagada, despistada, insegura hace que en una entrevista no te cojan. Por lo que las emociones se muestran sin querer en tu actitud. Y tu actitud es muy importante.
Hay dos opciones tras la entrevista: que te cogen, perfecto. Que no te cogen, pues a por otro, tú has puesto todo de tu parte y no debes arrepentirte.
Cómo miras los problemas
La vida es la que es, nos guste o no nos guste. Pero la única forma de lograr lo que quieres es buscar una solución. Quejándote, pagándolo con los demás, tirando la toalla, sólo vas a conseguir perder la ilusión y no generar metas y objetivos nuevos. Eso es lo que nos hace movernos, lo que hace que cada día lo aprovechemos. Sin objetivos y metas, somos como un coche sin motor. La única persona que puede hacer que tu vida cambie en la dirección que quieres, eres tú. La vida es la que es, pero hay muchas maneras de mirarla. Eso es lo que hace que personas que pasan por situaciones complicadas, horribles, dolorosas, sigan adelante o se queden en el camino. Y cuando te quedas en el camino pasan los años y te das cuenta de que lo que has hecho es dejar pasar la vida, no vivirla.
La depresión viene dada en muchas ocasiones por dejar de hacer, Dejamos de hacer cosas, porque no nos sentimos capaces y cuanto menos hacemos menos queremos hacer. Poco a poco esto nos lleva directos a ese bucle hasta que una mañana decidimos no levantarnos de la cama y nos quedamos todo el día con el pijama. Después ya no es un día sino varios, no nos movemos, no nos aseamos… Y esta es una manera muy común de sumirnos en una depresión.
Estamos aquí
Así que recuerda. Primero tramita tus emociones. Están ahí, y aunque las obvies no van a dejar de estar, sino que te van a esperar. Una vez que te permitas tener ese tiempo para sentirlas, te dejará de apretar ese nudo en la garganta y podrás pensar cómo solucionar lo que viene.
Y si llegas al punto de no poder con ello, pide ayuda. Estamos aquí, de una manera o de otra podemos ayudar. La psicología está para aprender de nosotros mismos, para conseguir las herramientas que necesitamos para afrontar las dificultades y cuando son inabordables hay que aprender a convivir con ellas.
Tú igual que todos podemos con la vida, no dejes que la vida te pueda a ti.