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EMOC Psicología
Consulta de psicología y coaching personal

La Gran Confusión de la Sociedad Actual (Género/Sexo)

Puede que sea algo polémico lo que voy a escribir aquí, pero mi intención en todo momento es expresar el conocimiento actual y mi propia opinión acerca de un tema que está tan de actualidad.

Creo que hay una enorme confusión entre dos conceptos separados que no tienen nada que ver uno con otro, aunque se utilicen a veces en el lenguaje común como sinónimos.

Cuando tenemos expresiones acerca del género de las cosas, personas, animales… cometemos un grave error.

¿Qué es el ‘sexo?

El término “sexo”, se refiere a la parte biológica de un animal, en nuestro caso de los seres humanos. Que quiere decir esto, que uno nace con un sexo o con otro. También hay ciertos casos que por complicaciones genéticas o complicaciones en el desarrollo de esa persona durante el embarazo puede ser diferente a esta polaridad. Pero no deja de ser algo biológico, con lo cual nacemos. Esto quiere decir que, a menos que se pase por el bisturí y/o algún tratamiento hormonal, no va a cambiar.

¿Qué es el ‘género’?

Otra cosa muy distinta es el término “género”, que se refiere a lo que culturalmente se consideran actitudes, comportamientos, tareas, rasgos de personalidad, etc. De un hombre o una mujer. Al ser algo cultural es total y completamente modificable por la sociedad, ya que no deja de ser un estereotipo y unos esquemas mentales que tenemos de cómo debería ser y comportarse una persona por su sexo.

Está en boca de todos, por las noticias de la ley trans este tema. Pero la gente está confundiendo estos dos términos que, aunque tengan relación, no tienen nada que ver el uno con el otro.

Los esquemas mentales

Para entender mejor lo que quiero decir tengo que entrar un poco en materia de psicología. Las personas a lo largo de nuestro desarrollo vital, vamos generando, creando y modificando esquemas mentales de lo que nos rodea. Es decir, cuando un bebé aprende lo que es una mesa, poco a poco va identificando lo que es y los atributos que tiene. Tiene un cuadrado plano con cuatro patas, es de madera y se utiliza para dejar cosas. Esta idea prototipo de una mesa, cuanto más va aprendiendo el bebé del mundo va añadiendo y modificando su idea de mesa. Puede tener menos patas, ser de otro material, redonda, cuadrado, rectangular… las patas pueden estar unidas en el centro o tener una sola pata con una base, etc.

Este esquema de mesa nos sirve para todo lo que nos rodea. Vamos aprendiendo de ello y generando más atributos a los esquemas mentales que tenemos.

Pues bien, el género es simple y llanamente un esquema que cada uno tenemos y que además se ve influido por la idea social que tiene nuestra cultura de ese esquema. Es decir, nuestro esquema de hombre y de mujer se ha ido creando por nuestras interacciones, por nuestras vivencias; pero, en todo momento está siendo influenciada por la cultural en la que estamos sumergidos.

Por esto, una persona que se considere feminista tiene micromachismos, por ejemplo. Porque, aunque creas totalmente en la igualdad entre hombres y mujeres, la cultura te influye.

Si te ves reflejado/a en esto, por suerte, tengo una buena noticia. Por mucho que la cultura nos influya podemos ir poco a poco cambiando esos hábitos o pensamientos que no nos gustan. El ser humano tiene una enorme ventaja y es que al darnos cuenta de que los cometemos, podemos cambiarlo. Esto es el «metaconocimiento» de lo que ya hablaremos otro día.

Pero bueno, después de este resumen rápido de lo que es un esquema mental, vamos al turrón.

El concepto o esquema de “género” es precisamente algo que vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida y que es más un estorbo actualmente que algo positivo. Si nos planteamos cómo sería esto en una época prehistórica es más sencillo ver porqué hemos llegado hasta aquí.

¿Para qué nos sirve el «género»?

Si imaginamos una pequeña tribu de seres humanos en la edad de hielo, dónde lo prioritario es sobrevivir y dónde el lenguaje no tendría una complejidad tan grande como los actuales, organizar este grupo de personas con un esquema mental sería lo más conveniente para sobrevivir.

Si separaban a las mujeres y a los hombres en cuanto a las tareas, comportamientos, deberes, etc. No tendrían que explicar mucho más, y se podrían organizar para cazar, cuidar a mayores y niños, y mantener la seguridad de los integrantes. Es decir, economizan el tiempo y los recursos cognitivos para su objetivo principal. Esto tiene su lógica en esta época por pura supervivencia.

Pero hoy en día, donde las personas; vivan en grandes ciudades o pequeños pueblos, están conectados y organizados en distintas culturas y subculturas, esta idea de “género” ha perdido su sentido.

La trampa del «género»

Esto que quiere decir; pues que en su esencia el concepto de género es coger rasgos de personalidad y comportamientos que adjudicamos y estereotipamos dependiendo del sexo de la persona. Algo que en la actualidad es una desventaja, porque en un mundo globalizado como el nuestro los cánones de comportamiento de las comunidades pequeñas y aisladas han perdido ese poder. Ya no se puede rechazar tan fácil a una persona particular porque se considere fuera de lo «normal»; por suerte, gracias a que esa persona puede encontrar a otras que tengan ese mismo comportamiento que para su comunidad es raro. Sólo es necesario entran en internet un poco y ver que hay una diversidad tan grande como personas en el mundo.

Esto es una enorme ventaja, pero hay que entender bien todas las aristas de este problema con el género. Y es que no se puede confundir con el sexo de la persona, ni con las preferencias sexuales de cada persona. Porque si no se entiende vamos camino de hacer guetos sociales, donde en vez de haber 2 géneros, habrá 30; pero el problema seguirá siendo el mismo: “Si no te adecúas a lo que en mi cabeza es este género, no eres de este género”.

Personalmente, creo que deberíamos plantearnos seriamente eliminar este concepto de género, que lo único que nos puede hacer es poner otros muros a las personas. Es cierto, que a corto plazo las personas que se consideren de ese género encontrarán un grupo en el que sentirse refugiado, protegido y sentirá complicidad. Pero a largo plazo habrá que plantearse que cada persona, sea del sexo que sea y tenga las preferencias sexuales que tenga, se comportará como es ella misma, sin tener que amoldarse a unas actitudes, comportamientos, etc. que socialmente se considera para ese sexo y para su preferencia sexual.

No hay que confundir esto con: hacer cada uno lo que quiera. La única norma en una sociedad que no se debería romper para que todos podamos vivir en comunidad, es que «mi libertad termina dónde empieza la del otro». Es decir, tú puedes ser lo que quieras siempre procurando no hacer daño al resto.

Educar es el único camino

Como propuesta de futuro, está claro que necesitamos mejorar en el pilar de la sociedad que es la educación.

Hasta que no haya una buena educación emocional, sexual y psicológica, el desarrollo y el paso por la adolescencia seguirá siendo muy complicada. Las personas seguirán teniendo una adaptación a la edad adulta muy difícil, porque no se les está enseñando lo necesario para afrontar sus problemas y entender, analizar y resolver los problemas de su vida diaria o los problemas más profundos para conocerse a sí misma.

Si quieres empezar a trabajar en ti, te puedo ayudar.

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